Es curioso que una persona que manejaba ingresos netos muy similares a los de un venezolano cualquiera, antes de que llegase a la cúpula del poder financiero, haya podido obtener fondos suficientes para realizar la compra del medio de comunicación Globovisión.
Sigue siendo una incógnita la forma como Raúl Gorrín, Gustavo Perdomo y Juan Domingo Cordero adquirieron las acciones del canal de noticias Globovisión, del cual se hicieron acreedores.
La planta televisiva, que fue vendida por la cantidad de 68 millones de dólares, 428,4 millones de bolívares a cambio oficial, y dos mil millones de bolívares aproximadamente en el mercado negro, no pudo ser comprada con las utilidades generadas por Seguros La Vitalicia, de la que también son accionistas, pues entre el 2008 y el 2012, la misma alcanzó una utilidad acumulada de 2.896.643.5 bolívares, que, llevado al cambio oficial, sólo cubren un 0,67% de lo que se pagó por Globivisón.
Motivo que llevaría a pensar que, en consecuencia, la compra de la misma se hizo a título personal, por lo menos en el caso de Raúl Gorrín, que pasa a ser el mayor accionista y presidente de la Junta Directiva del canal de televisión.
Resulta curioso entonces saber cómo el accionista de estas dos empresas pasó de ser un abogado especialista en materia penal, con recursos limitados, como se comprueba en esta investigación, a presidir tales corporaciones.
Ya en una edición pasada, este semanario demostraba, con pruebas tangibles, los ostentosos cheques que recibía en su cuenta el jurista durante el año 2007, antes de que asumiera incluso la presidencia de la junta directiva de Seguros La Vitalicia, cuando su declaración ante el Seniat alcanzaba los 92.709,91 bolívares y cuando su estatus en el Seguro Social figuraba como inactivo, es decir, que pudiese estar trabajando de forma independiente.
Quién es Gorrín?
Raúl Antonio Gorrín Belisario, titular de la cédula de identidad 8.682.996, de 45 años de edad, con domicilio desde el año 2000, según consta en el cambio de domicilio en el registro electoral, en la urbanización Club de los Campos, en el estado Miranda, es una persona a la que hoy por hoy no se le puede catalogar de un bando político o de otro. Pese a que se ha mostrado de cierto modo “parcializado” hacia una línea política más a favor del gobierno, según denuncian periodistas como Kiko Bautista en una entrevista para este semanario, firmó contra el fallecido Presidente de la República en el año 2004, como consta en la mal llamada “lista Maisanta”.
Su última afiliación al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales fue cuando estuvo en el Tribunal Supremo de Justicia, cuya fecha de egreso fue el 30 de diciembre del año 1989. Desde entonces se presume que se dedicó sólo al ejercicio libre y privado pues a partir de esa fecha no cumple con la ley del Seguro Social Obligatorio.
Pese a poseer el control de la empresa de Seguros La Vitalicia, así como el canal de noticias Globovisión, no está asegurado por ninguna de sus empresas. Sus cotizaciones no cubren ni el mínimo para ser pensionado.
En contraparte, su socio, Juan Domingo Cordero, titular de la cédula de identidad 2.935.037, de 71 años de edad, sí aparece activo en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales. De hecho, desde el 14 de mayo del año 2013, figura como asegurado por medio de la empresa Globovisión Tele, C.A.
Hay que resaltar que en el canal de noticias el representante legal ante el IVSS sigue siendo Zuloaga.
Como dato curioso, vale destacar que Seguros La Vitalicia, que funciona bajo el RIF J-310205361, solvente con el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, además de no tener inscrito a Gorrín en el mismo, tiene como representante legal a José Francisco López Antón, titular de la cédula de identidad 3.470.047, de 63 años, pero no aparece como asegurado por esa empresa y está cesante desde el 11 de abril del 2012 por la compañía Provincial de Reaseguros, donde es director. Lo singular del asunto es que era él el antiguo propietario de Seguros La Vitalicia.
Las cuentas no dan Tomando en cuenta que antes de adquirir Seguros La Vitalicia no era Gorrín funcionario de, al menos, ninguna dependencia pública, como se evidencia en sus consultas en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, se puede inferir que el abogado ejercía como libre practicante durante todo ese tiempo, lo que es común en un profesional del Derecho. De allí que su nombre figurara en más de un expediente judicial como abogado en ejercicio.
Por medio de la declaración jurada que realiza una persona con ingresos mayores a las 1000 unidades tributarias, se puede saber aproximadamente cuánto dinero estaría manejando, por lo menos públicamente, esa persona en un periodo de tiempo.
En el caso de Gorrín, la declaración jurada revela el crecimiento que tuvo el jurista en los tres años en los que se hizo acreedor de la aseguradora venezolana.
El crecimiento abombado de La Vitalicia En entrevista con el semanario 6to Poder, María Antonieta de Bondini, presidente ejecutiva de la aseguradora, explicaba que la empresa no manejaba ninguna cuenta del Estado, que, a su juicio, es lo que engorda el patrimonio de una aseguradora y lo que la posiciona rápidamente en el ranking. Siendo esto así, se infiere que esta empresa se maneja por primas individuales, como ella aseguró, y por primas empresariales. Esto llevaría a preguntarse cómo fue el crecimiento de la empresa asegurada.
Cabe acotar, que este profesional del Derecho adquirió La Vitalicia en diciembre de 2008, fecha en la cual la empresa se encontraba en el último lugar en Primas Netas Cobradas dentro de Ranking de 50 empresas del Mercado Asegurador. De hecho, para ese entonces, apenas contaba con una prima de 59 mil 700 bolívares, un Patrimonio No Comprometido de 2 millones 236 mil bolívares y un Margen de Solvencia de 3 mil 400 bolívares, siendo estos, los principales números a destacar dentro del balance registrado por la Sudeseg.
Sigue siendo una incógnita la forma como Raúl Gorrín, Gustavo Perdomo y Juan Domingo Cordero adquirieron las acciones del canal de noticias Globovisión, del cual se hicieron acreedores.
La planta televisiva, que fue vendida por la cantidad de 68 millones de dólares, 428,4 millones de bolívares a cambio oficial, y dos mil millones de bolívares aproximadamente en el mercado negro, no pudo ser comprada con las utilidades generadas por Seguros La Vitalicia, de la que también son accionistas, pues entre el 2008 y el 2012, la misma alcanzó una utilidad acumulada de 2.896.643.5 bolívares, que, llevado al cambio oficial, sólo cubren un 0,67% de lo que se pagó por Globivisón.
Motivo que llevaría a pensar que, en consecuencia, la compra de la misma se hizo a título personal, por lo menos en el caso de Raúl Gorrín, que pasa a ser el mayor accionista y presidente de la Junta Directiva del canal de televisión.
Resulta curioso entonces saber cómo el accionista de estas dos empresas pasó de ser un abogado especialista en materia penal, con recursos limitados, como se comprueba en esta investigación, a presidir tales corporaciones.
Ya en una edición pasada, este semanario demostraba, con pruebas tangibles, los ostentosos cheques que recibía en su cuenta el jurista durante el año 2007, antes de que asumiera incluso la presidencia de la junta directiva de Seguros La Vitalicia, cuando su declaración ante el Seniat alcanzaba los 92.709,91 bolívares y cuando su estatus en el Seguro Social figuraba como inactivo, es decir, que pudiese estar trabajando de forma independiente.
Quién es Gorrín?
Raúl Antonio Gorrín Belisario, titular de la cédula de identidad 8.682.996, de 45 años de edad, con domicilio desde el año 2000, según consta en el cambio de domicilio en el registro electoral, en la urbanización Club de los Campos, en el estado Miranda, es una persona a la que hoy por hoy no se le puede catalogar de un bando político o de otro. Pese a que se ha mostrado de cierto modo “parcializado” hacia una línea política más a favor del gobierno, según denuncian periodistas como Kiko Bautista en una entrevista para este semanario, firmó contra el fallecido Presidente de la República en el año 2004, como consta en la mal llamada “lista Maisanta”.
Su última afiliación al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales fue cuando estuvo en el Tribunal Supremo de Justicia, cuya fecha de egreso fue el 30 de diciembre del año 1989. Desde entonces se presume que se dedicó sólo al ejercicio libre y privado pues a partir de esa fecha no cumple con la ley del Seguro Social Obligatorio.
Pese a poseer el control de la empresa de Seguros La Vitalicia, así como el canal de noticias Globovisión, no está asegurado por ninguna de sus empresas. Sus cotizaciones no cubren ni el mínimo para ser pensionado.
En contraparte, su socio, Juan Domingo Cordero, titular de la cédula de identidad 2.935.037, de 71 años de edad, sí aparece activo en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales. De hecho, desde el 14 de mayo del año 2013, figura como asegurado por medio de la empresa Globovisión Tele, C.A.
Hay que resaltar que en el canal de noticias el representante legal ante el IVSS sigue siendo Zuloaga.
Como dato curioso, vale destacar que Seguros La Vitalicia, que funciona bajo el RIF J-310205361, solvente con el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, además de no tener inscrito a Gorrín en el mismo, tiene como representante legal a José Francisco López Antón, titular de la cédula de identidad 3.470.047, de 63 años, pero no aparece como asegurado por esa empresa y está cesante desde el 11 de abril del 2012 por la compañía Provincial de Reaseguros, donde es director. Lo singular del asunto es que era él el antiguo propietario de Seguros La Vitalicia.
Las cuentas no dan Tomando en cuenta que antes de adquirir Seguros La Vitalicia no era Gorrín funcionario de, al menos, ninguna dependencia pública, como se evidencia en sus consultas en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, se puede inferir que el abogado ejercía como libre practicante durante todo ese tiempo, lo que es común en un profesional del Derecho. De allí que su nombre figurara en más de un expediente judicial como abogado en ejercicio.
Por medio de la declaración jurada que realiza una persona con ingresos mayores a las 1000 unidades tributarias, se puede saber aproximadamente cuánto dinero estaría manejando, por lo menos públicamente, esa persona en un periodo de tiempo.
En el caso de Gorrín, la declaración jurada revela el crecimiento que tuvo el jurista en los tres años en los que se hizo acreedor de la aseguradora venezolana.
El crecimiento abombado de La Vitalicia En entrevista con el semanario 6to Poder, María Antonieta de Bondini, presidente ejecutiva de la aseguradora, explicaba que la empresa no manejaba ninguna cuenta del Estado, que, a su juicio, es lo que engorda el patrimonio de una aseguradora y lo que la posiciona rápidamente en el ranking. Siendo esto así, se infiere que esta empresa se maneja por primas individuales, como ella aseguró, y por primas empresariales. Esto llevaría a preguntarse cómo fue el crecimiento de la empresa asegurada.
Cabe acotar, que este profesional del Derecho adquirió La Vitalicia en diciembre de 2008, fecha en la cual la empresa se encontraba en el último lugar en Primas Netas Cobradas dentro de Ranking de 50 empresas del Mercado Asegurador. De hecho, para ese entonces, apenas contaba con una prima de 59 mil 700 bolívares, un Patrimonio No Comprometido de 2 millones 236 mil bolívares y un Margen de Solvencia de 3 mil 400 bolívares, siendo estos, los principales números a destacar dentro del balance registrado por la Sudeseg.